Revolución de Túpac Amaru II (1780-1781)[editar]
Descendiente de la realeza inca, José Gabriel Condorcanqui, cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, adoptó el nombre de Túpac Amaru II y encabezó la más formidable revolución indígena de la época colonial, en protesta por el maltrato que recibían los indios por parte de los corregidores. Entre sus exigencias figuraba la supresión de los corregimientos y la creación de una Real Audiencia en el Cuzco para una rápida administración de justicia, ya que solo existía la Real Audiencia de Lima para todo el territorio del Virreinato. A estos reclamos, se unió posteriormente su deseo de separarse del yugo español; es decir, su rebelión, originalmente de tendencia reformista, se convirtió en separatista. Para algunos analistas, fue el iniciador de la lucha por la emancipación política del Perú.
La rebelión estalló el 4 de noviembre de 1780 en el pueblo de Tinta (50 leguas al sur del Cuzco) y puso en movimiento a todo el sur del Virreinato del Perú, hasta la región de Charcas. Repercutió, además, en el resto de los dominios españoles de Sudamérica.
El primer episodio de la revolución fue el apresamiento del odiado corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga, quien fue ejecutado públicamente. Acto seguido, Túpac Amaru se puso en marcha hacia el norte contando con la simpatía y adhesión de los pobladores que, en su mayoría, estabas armados de picos, palos, hachas y sólo algunas armas de fuego. En estas condiciones, ganó la batalla de Sangarará, librada el 18 de noviembre de 1780. Pero no quiso todavía dirigirse al Cuzco y prefirió retirarse a Tinta, donde el día 27, lanzó un manifiesto explicando las causas que le habían llevado a la sublevación. Poco después, a inicios de diciembre se dirigió al sur, atravesó la cadena del Vilcanota, pasó por Lampa, Pucará y penetró en Azángaro, extenso recorrido con el que pretendía ganar adeptos a su causa.12
El virrey Agustín de Jáuregui envió al Cuzco al visitador José Antonio de Areche, con poderes extraordinarios para sofocar la rebelión, teniendo como ejecutar inmediato al mariscal José del Valle. Es así como los españoles, con refuerzos llegados desde Lima, enfrentaron a Túpac Amaru, que ya por entonces (enero de 1781), se había decidido a atacar el Cuzco. Sin embargo, éste no pudo doblegar el poderío de las fuerzas realistas y sufrió sendos reveses en las batallas de Checacupe y Combapata, por lo que se vio obligado a retroceder. Los realistas, en su persecución, ingresaron a sangre y fuego a Tinta, que fue totalmente destruida. El inca, su mujer y sus tres hijos huyeron a la villa de Langui donde fueron apresados por la traición de un partidario suyo. Enseguida, fue a parar a manos de Areche. Sufrió atroces torturas, para que delatara a sus colaboradores cuzqueños, pero permaneció hermético. Finalmente fue sentenciado a muerte.
El 18 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cuzco, Túpac Amaru II fue descuartizado a hachazos, luego de un intento fallido de desmembrarlo usando la fuerza de cuatro caballos. Previamente, se le obligó a presenciar la muerte de su esposa Micaela Bastidas, de sus dos hijos mayores y de otros familiares y partidarios suyos. Su hijo menor, Fernando, fue enviado a los presidios de África. Sus miembros mutilados fueron enviados a distintos puntos del sur del virreinato y clavados en picas, para que sirviera de escarmiento a las poblaciones rebeldes.13 Sin embargo, el espíritu de lucha se mantuvo entre sus partidarios, quienes, encabezados por Diego Cristóbal Túpac Amaru (primo suyo), se mantuvieron en pie de lucha hasta principios de 1782.14

Descendiente de la realeza inca, José Gabriel Condorcanqui, cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, adoptó el nombre de Túpac Amaru II y encabezó la más formidable revolución indígena de la época colonial, en protesta por el maltrato que recibían los indios por parte de los corregidores. Entre sus exigencias figuraba la supresión de los corregimientos y la creación de una Real Audiencia en el Cuzco para una rápida administración de justicia, ya que solo existía la Real Audiencia de Lima para todo el territorio del Virreinato. A estos reclamos, se unió posteriormente su deseo de separarse del yugo español; es decir, su rebelión, originalmente de tendencia reformista, se convirtió en separatista. Para algunos analistas, fue el iniciador de la lucha por la emancipación política del Perú.
La rebelión estalló el 4 de noviembre de 1780 en el pueblo de Tinta (50 leguas al sur del Cuzco) y puso en movimiento a todo el sur del Virreinato del Perú, hasta la región de Charcas. Repercutió, además, en el resto de los dominios españoles de Sudamérica.
El primer episodio de la revolución fue el apresamiento del odiado corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga, quien fue ejecutado públicamente. Acto seguido, Túpac Amaru se puso en marcha hacia el norte contando con la simpatía y adhesión de los pobladores que, en su mayoría, estabas armados de picos, palos, hachas y sólo algunas armas de fuego. En estas condiciones, ganó la batalla de Sangarará, librada el 18 de noviembre de 1780. Pero no quiso todavía dirigirse al Cuzco y prefirió retirarse a Tinta, donde el día 27, lanzó un manifiesto explicando las causas que le habían llevado a la sublevación. Poco después, a inicios de diciembre se dirigió al sur, atravesó la cadena del Vilcanota, pasó por Lampa, Pucará y penetró en Azángaro, extenso recorrido con el que pretendía ganar adeptos a su causa.12
El virrey Agustín de Jáuregui envió al Cuzco al visitador José Antonio de Areche, con poderes extraordinarios para sofocar la rebelión, teniendo como ejecutar inmediato al mariscal José del Valle. Es así como los españoles, con refuerzos llegados desde Lima, enfrentaron a Túpac Amaru, que ya por entonces (enero de 1781), se había decidido a atacar el Cuzco. Sin embargo, éste no pudo doblegar el poderío de las fuerzas realistas y sufrió sendos reveses en las batallas de Checacupe y Combapata, por lo que se vio obligado a retroceder. Los realistas, en su persecución, ingresaron a sangre y fuego a Tinta, que fue totalmente destruida. El inca, su mujer y sus tres hijos huyeron a la villa de Langui donde fueron apresados por la traición de un partidario suyo. Enseguida, fue a parar a manos de Areche. Sufrió atroces torturas, para que delatara a sus colaboradores cuzqueños, pero permaneció hermético. Finalmente fue sentenciado a muerte.
El 18 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cuzco, Túpac Amaru II fue descuartizado a hachazos, luego de un intento fallido de desmembrarlo usando la fuerza de cuatro caballos. Previamente, se le obligó a presenciar la muerte de su esposa Micaela Bastidas, de sus dos hijos mayores y de otros familiares y partidarios suyos. Su hijo menor, Fernando, fue enviado a los presidios de África. Sus miembros mutilados fueron enviados a distintos puntos del sur del virreinato y clavados en picas, para que sirviera de escarmiento a las poblaciones rebeldes.13 Sin embargo, el espíritu de lucha se mantuvo entre sus partidarios, quienes, encabezados por Diego Cristóbal Túpac Amaru (primo suyo), se mantuvieron en pie de lucha hasta principios de 1782.14

Revolución de Túpac Catari[editar]
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Una segunda fase de la revolución tupacamarista la protagonizó el caudillo aimara Julián Apaza en el Alto Perú. Este personaje adoptó el nombre de Túpac Catari (en homenaje a Túpac Amaru II y Tomás Catari) y a la cabeza de 40.000 indios puso sitio a La Paz (13 de marzo de 1781); exigió la entrega de los corregidores y el retiro de los españoles. Aunque suspendió el cerco en julio, lo estrechó más y lo mantuvo hasta el 17 de octubre, teniendo que retirarse para concertar nuevas acciones. Pero traicionado y entregado a las autoridades españolas (10 de noviembre) fue condenado a ser arrastrado atado a la cola de un caballo y luego descuartizado por cuatro caballos (13 de noviembre).18
Una segunda fase de la revolución tupacamarista la protagonizó el caudillo aimara Julián Apaza en el Alto Perú. Este personaje adoptó el nombre de Túpac Catari (en homenaje a Túpac Amaru II y Tomás Catari) y a la cabeza de 40.000 indios puso sitio a La Paz (13 de marzo de 1781); exigió la entrega de los corregidores y el retiro de los españoles. Aunque suspendió el cerco en julio, lo estrechó más y lo mantuvo hasta el 17 de octubre, teniendo que retirarse para concertar nuevas acciones. Pero traicionado y entregado a las autoridades españolas (10 de noviembre) fue condenado a ser arrastrado atado a la cola de un caballo y luego descuartizado por cuatro caballos (13 de noviembre).18
Conspiraciones entre 1782 y 1810[editar]
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Entre el fin de la revolución de Túpac Amaru II y el inicio de la guerra de la independencia hispanoamericana de 1810-1824, tuvieron lugar en el Perú otras conspiraciones y revueltas, como las siguientes:
- El movimiento de Huarochirí (1782), encabezado por Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, con apoyo del indio Ciriaco Flores y en conexión con Diego Cristóbal Túpac Amaru. Movilizó a seis pueblos de la provincia de Huarochirí. El virrey envió contra ellos al corregidor de Huarochirí, al gobernador de Yauyos y a un destacamento de Lima. Los agitadores fueron sorprendidos y tomados prisioneros. Sometido a proceso, Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui fue ejecutado en Lima, el 7 de julio de 1783.19
- La conspiración del Cuzco de José Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde (1805). El primero era un minero huanuqueño y el segundo un abogado arequipeño, que se conocieron en Lima y se hicieron amigos. Luego coincidieron en el Cuzco, donde, con el apoyo de diversas personalidades, tramaron un plan para independizar al Perú y restaurar el Incanato. Delatados antes de producirse el alzamiento, fueron apresados y ajusticiados, el 5 de diciembre de 1805.20
Entre el fin de la revolución de Túpac Amaru II y el inicio de la guerra de la independencia hispanoamericana de 1810-1824, tuvieron lugar en el Perú otras conspiraciones y revueltas, como las siguientes:
- El movimiento de Huarochirí (1782), encabezado por Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, con apoyo del indio Ciriaco Flores y en conexión con Diego Cristóbal Túpac Amaru. Movilizó a seis pueblos de la provincia de Huarochirí. El virrey envió contra ellos al corregidor de Huarochirí, al gobernador de Yauyos y a un destacamento de Lima. Los agitadores fueron sorprendidos y tomados prisioneros. Sometido a proceso, Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui fue ejecutado en Lima, el 7 de julio de 1783.19
- La conspiración del Cuzco de José Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde (1805). El primero era un minero huanuqueño y el segundo un abogado arequipeño, que se conocieron en Lima y se hicieron amigos. Luego coincidieron en el Cuzco, donde, con el apoyo de diversas personalidades, tramaron un plan para independizar al Perú y restaurar el Incanato. Delatados antes de producirse el alzamiento, fueron apresados y ajusticiados, el 5 de diciembre de 1805.20
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